La mayor parte de la población habrá tenido, alguna vez a lo largo de su vida, una llaga en la boca.
Este tipo de lesiones suelen ser dolorosas y molestas en múltiples actividades muy habituales en la vida cotidiana, como comer y comunicarnos oralmente. Por ello se procede en el presente artículo a visualizar ocho pasos o indicaciones con el fin de acelerar la curación de llagas o aftas bucales. Sin embargo, primero se procede a examinar qué son las aftas y a considerar algunos posibles motivos por las que pueden producirse.
Aftas: ¿qué son?
Llamamos llagas o aftas a aquellas lesiones de tipo ulcerosa que aparecen en la interior de la cavidad bucal, frecuentemente en la zona interior de labios y mejillas. Dichas lesiones tienden a causar sensación de hormigueo, quemazón y dolor, siendo posible que aparezcan también episodios de fiebre.
Si bien suponen una molestia para quien las padece, no suelen suponer un problema serio, no son contagiosas y de hecho tienden a desaparecer por sí solas.
Posibles causas
Las causas que pueden originar estas úlceras son muy diversas, destacando las siguientes:
1. Roce o lesión física
La causa de aparición de llagas en la zona bucal puede ser muy variada. En este sentido, es frecuente que aparezcan debido a lesiones físicas, tales como mordiscos. Asimismo también es frecuente que llagas, aftas y otras úlceras aparezcan en personas que llevan ortodoncia, debido al continuo roce con las paredes bucales.
2. Infección
Otra de las posibles etiologías de las aftas las podemos encontrar en la infección bacteriana, la cual puede haber sido producida por muy diversas causas.
3. Deficiencias nutricionales
La falta de hierro, vitaminas, minerales y otros elementos esenciales en nuestra dieta también pueden producir aftas, al producir una debilidad corporal y del sistema inmunológico y no poseer el organismo la suficiente cantidad de nutrientes para funcionar correctamente. De hecho, tiende a ser una de las causas más frecuentes de que aparezcan llagas, siendo recomendable la visita al médico para que nos pueda indicar pautas alimentarias más eficientes.
4. Estrés
Situaciones de estrés continuado pueden causar una debilitación del sistema inmune. Esto causa que el organismo sea más débil a ataques bacterianos y que problemas como anemias y déficits nutricionales aparezcan con más asiduidad, siendo por este motivo más frecuente la aparición de aftas en situaciones de alta tensión. Además, el estrés puede provocar la realización o cese de realización de conductas que potencien el riesgo de aparición de llagas.
5. Otras causas
Cambios hormonales, cambios en el pH del tubo digestivo o incluso alergias alimentarias también se han visto relacionadas con la formación de llagas en la cavidad bucal. La etiología es, como se puede observar, muy variada.
Ocho pasos o remedios para curar llagas y aftas
Habiendo contemplado qué son y cómo pueden llegar a producirse, resulta lícito preguntarse qué podemos hacer cuando nos encontramos ante este incómodo fenómeno.
1. Utilización de sal
Se trata de un remedio tradicional, económico y efectivo. Simplemente disuelve una cucharada de sal en un vaso de agua tibia y haz enjuagues con ella. Se recomienda hacer este proceso entre dos y tres veces al día. El motivo de su efectividad es el que el cloruro sódico es un antiséptico natural de gran eficacia.
2. Uso de bicarbonato
También un antiséptico de gran efectividad, se puede realizar una pequeña cataplasma con agua y bicarbonato, que poder aplicar en la zona de la llaga, para posteriormente enjuagar la boca. También pueden hacerse enjuagues con ello, al igual que en el caso anterior. Al igual que con la sal, actúa como antiséptico que reduce la alcalinidad de la boca.
3. Aplicación de agua oxigenada
Sirve asimismo para prevenir infecciones. En esta ocasión únicamente es necesario aplicar el producto sobre un palillo de los oídos o un algodón para posteriormente aplicarlo sobre la propia llaga, varias veces al día. Es un método rápido de curación, pudiendo desaparecer en dos o tres días la llaga en cuestión. Es importante tener precaución de no tragar el agua oxigenada, puesto que puede resultar peligroso.
4. Tratamiento del dolor: hielo
La utilización de hielo es una manera eficaz de calmar el dolor que producen las aftas, así como de bajar la inflamación. Sin embargo, tiende a ser un proceso de curación algo más lento.
5. Enjuague bucal
Al igual que la sal y el bicarbonato, actúa como antiséptico eficaz, reduciendo el riesgo de infección. Se puede emplear enjuague comercial o simplemente utilizar una mezcla de vinagre y agua. Se recomienda hacer el enjuague dos veces al día.
6. Bajar el pH bucal: consumo/aplicación de yogur
La ingestión de este producto permite variar la composición bacteriana de la boca y cambiar su grado de acidez actuando sobre el pH. Es aplicable directamente sobre la lesión, si bien el simple consumo del producto ya tiene un efecto positivo
7. Leche de magnesia
Sirve para cambiar el pH de la boca, con lo que se combate las bacterias que causan la ulceración. La forma de utilizarla es aplicarla sobre las llagas varias veces al día, dificultando la infección bacteriana que puede causar la llaga al bajar la acidez de la boca.
8. Cambios en la alimentación
La formación de llagas puede estar causada en muchas ocasiones por falta de nutrientes esenciales en nuestro organismo. Por ello, es imprescindible mantener una alimentación variada que incluya hierro, vitaminas y minerales. Comer frutas, verduras y cereales son consejos útiles, sencillos y preventivos. Asimismo también se recomienda evitar alimentos ácidos o picantes.
¡Precaución!
Si bien la presencia de ulceraciones bucales es común en la población, la presencia de estas de forma muy frecuente o continuada puede estar indicando la presencia de un problema médico.
Por ello de darse el caso sería recomendable acudir a servicios médicos, puesto que es posible que se tenga alguna anemia, enfermedad o algún hábito alimentario o higiénico poco saludable que facilite la ulceración.